En nuestra costa aún es posible avistar torres vigía o de defensa, algunasde ellas bien conservadas, otras abandonadas y ruinosas, mientras que otras han desaparecido por el paso de los siglos.
Estas torres se construyeron durante los siglos XVI y XVII con la misión de vigilar y de proteger a los habitantes de las poblaciones costeras ante los ataques de los piratas berberiscos. Toda la costa se podía comunicar de torre en torre y a su vez con los castillos, con el objetivo de dar alarma sobre su peligrosa presencia.
Pero, ¿quiénes eran ellos?
Los piratas y corsarios berberiscos, con sus galeras propulsadas por remos de esclavos raptados, alteraron el tránsito marítimo procedentes de la zona hoy equivalente al Magreb y, desde sus bases, sembraron el terror y convirtieron el Mediterráneo en un auténtico infierno. Aunque la piratería no era un fenómeno en absoluto nuevo, sí se vio exacerbado durante el conflicto entre el cristianismo y el Islam, que culminó con la conquista de Granada y la caída de Constantinopla.
Otro hecho clave fue la expulsión de la población morisca ordenada en 1609 y que supuso la expulsión forzosa y pérdida de casi un tercio de la población del Reino de Valencia… Esa tragedia humana abonó, sin duda, la piratería.
Testigos mudos de ello son las enormes zonas despobladas en el litoral mediterráneo español e italiano, que quedarán así hasta bien entrado el siglo XX, tal como sucede en nuestra provincia. Se calcula que entre los siglos XVI hasta XIX, se podrían haber capturado más de millón y medio de personas que serían vendidas en el mercado de esclavos. Algunas de estas correrías han perdurado en la memoria colectiva por su espectacularidad en las poblaciones litorales, y de ahí viene la expresión “moros en la costa”, e incluso están en el origen nombre de poblaciones como Torreblanca.
Como respuesta a este paso, encontramos torres de diversa tipología en nuestra provincia, ya sea en castillos y fortificaciones, en torres rurales, en torres de playa y en torres vigía, situadas en lugares altos o acantilados.
Entre las torres vigía, destacamos en la Serra d´Irta, la espectacular Torre Badum o la Torre Ebrí, a 499 metros sobre el nivel del mar. En la Vía Verde de Oropesa encontramos dos torres como la Cordà y la Colomera, construidas para apoyar la Torre del Rey. En relación a las torres de playa, destacamos la Torre del Mar de Borriana, la de Sant Vicent en Benicàssim, Torre la Sal y Torre Nostra o Capicorp en Alcossebre. Y también las hay otras tantas que han desaparecido y han quedado definitivamente engullidas por el tiempo.
Este verano proponemos una experiencia única que recuperará, desde el mar, la memoria olvidada por siglos en nuestras costas, y entre ella, la piratería…
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