Un paisaje único y espectacular nos aguarda en el Maestrat. Los olivos milenarios nos fascinan con su belleza eterna y su oro líquido.
El olivo es un árbol emblemático del Mediterráneo y símbolo por excelencia de la eternidad.
Tiene un lugar privilegio tanto en la mitología romana como en la griega, entre otras, donde fue declarado “el más útil de todos los árboles”. En textos sagrados de la relevancia de la Biblia o el Corán se aprecia su singularidad.
Presente en su forma salvaje desde hace más de 14000 años, el cultivo del olivo no empezó hasta hace poco más de 6000 años. En la Península Ibérica fueron introducidos por los navegantes fenicios, y siguieron su expansión y cultivo griegos, cartagineses, romanos y musulmanes.
En toda la cuenca mediterránea encontramos ejemplares aislados de espectacular longevidad, ya sea en Creta, Turquía, Túnez, Malta, Cerdeña…¿Son ellos los olivos más viejos del mundo?
Ciertamente es difícil calcular la edad de un olivo.
Lo que podemos afirmar sin dudas es que son auténticos monumentos vivos, catedrales de madera, legados de una cultura y de un valor extraordinario.
En el Maestrat contamos con un curioso récord mundial, el de acoger el mayor número de ejemplares de olivos milenarios, en el territorio del Sénia, a menudo combinados con espectaculares arquitecturas de piedra en seco.
Un paisaje extraorinario.
Su fruto ha tenido infinidad de usos a lo largo de la Historia, de ahí la pervivencia de su cultivo por tantísimas generaciones y a pesar de tantos avatares como se suceden a lo largo de los milenios.
El aceite de oliva está presente en nuestra vida desde hace miles de años. Es la base de la mundialmente admirada dieta mediterránea. Un producto de un alto valor culinario que ha pasado a convertirse en un estilo de vida., en algo cultural.
Los olivos milenarios, debido a su edad, son mucho menos productivos, pero a cambio, producen aceites virgen extra gourmet muy apreciados entre los paladares más exigentes.
La variedad de olivo milenario por excelencia en el Maestrat es Farga, la más longeva y resistente. Sus retorcidos troncos pueden llegar a superar los 10 metros de perímetro en casos excepcionales.
Son auténticos milagros de la vida, elixires de la eternidad.
Por ello, una inmejorable manera de disfrutar la primavera en Castellón es disfrutar de estos impresionantes paisajes y explorar la milenaria cultura del olivo, la esencia de la mediterraneidad.
